
La definición y configuración de los requerimientos se lleva a cabo de acuerdo a las necesidades específicas de cada empresa mandante, basados en la ley de subcontratación 20.123, legislación laboral y previsional, además del sistema de algún sistema de gestión que pudiese tener implementado la empresa. Este proceso es fundamental, ya que permite adaptar los requerimientos a cada organización, asegurando que se cumplan todos los estándares y regulaciones relevantes.
En primer lugar, consideramos el reglamento especial para contratistas, que establece pautas claras sobre la relación laboral y las responsabilidades de las partes involucradas. Este reglamento es crucial para garantizar que los contratistas y subcontratistas operen dentro del marco legal, evitando posibles sanciones y conflictos laborales.
Además, se toma en cuenta la normativa laboral vigente, que regula aspectos esenciales como las condiciones de trabajo, los derechos de los trabajadores y las obligaciones de los empleadores. Al integrar estos lineamientos en la configuración de los requerimientos, aseguramos que todas las prácticas de contratación sean justas y equitativas, promoviendo un ambiente laboral saludable y respetuoso.
Por último, las obligaciones de prevención de riesgos son un componente esencial en este proceso. La seguridad y salud en el trabajo son prioridades para cualquier empresa, y nuestra metodología incluye una revisión exhaustiva de las prácticas de prevención implementadas por los contratistas. Esto no solo protege a los trabajadores, sino que también contribuye a la sostenibilidad y reputación de la empresa mandante.
Es decir, la definición y configuración de los requerimientos se realiza de manera integral, combinando la normativa vigente con las necesidades específicas de la empresa. Este enfoque asegura que se logren altos estándares de cumplimiento, fomentando un entorno laboral seguro y eficiente, y ayudando a las empresas a cumplir con sus responsabilidades legales y éticas.