
Las empresas contratistas y subcontratistas que tienen como principal función proveer de personal a una empresa principal para tareas específicas y por un tiempo limitado, tienen como desafío el lidiar con estos trabajadores, el cumplir a cabalidad con sus obligaciones como empleadores y pese a que estos trabajos son por un período determinado; poder llegar a tener una relación a largo plazo, es decir, seguir contando con estos mismos trabajadores para otros proyectos, logrando una relación de confianza y fidelidad mutua.
Contrato de obra o faena: el protagonista.
Para poder lograr lo anterior, es muy importante que las empresas contratistas y/o subcontratistas elaboren buenos contratos, donde se estipulen de manera clara y precisa, los términos de estos acuerdos con los trabajadores; y el contrato por excelencia, por el tipo de trabajos a realizar en las empresas principales es el denominado “contrato de obra o faena”.
¿En qué consiste este contrato?
El contrato de obra o faena se encuentra regulado en el artículo 10 bis de nuestro Código del Trabajo y se entiende como un acuerdo en el cual, el trabajador se compromete con el empleador a ejecutar una obra material o intelectual específica y determinada, en su inicio y su término, y la vigencia de éste se encuentra circunscrita o limitada a la duración de aquella obra.
Qué se debe tener en cuenta entonces, al momento de elaborar un contrato de esta naturaleza:
- El contrato debe contener información detallada sobre el alcance del trabajo, plazos de la obra o faena, presupuesto con el que se cuenta para realizar esa obra o faena, condiciones de pago, responsabilidades de las partes, y cualquier otra condición relevante de acuerdo con el tipo de trabajo que se vaya a ejecutar.
- Sobre los plazos: Se deben establecer los plazos para la realización de la obra o faena y las condiciones para la entrega final, incluyendo posibles penalizaciones por retrasos.
- Presupuesto y pago: Se fijará un presupuesto para la obra o faena, y se establecerán las condiciones de pago, indicando montos, fechas y forma de pago.
- Responsabilidades y garantías: El contratista y/o subcontratista es el que asume la responsabilidad de la calidad de la obra o faena y garantiza su ejecución de acuerdo con los estándares establecidos en el contrato. También es de su responsabilidad, cumplir con las normativas de seguridad y salud en el trabajo, estableciendo medidas para prevenir accidentes y garantizar un ambiente laboral seguro.
Además, se debe considerar por parte de la empresa contratista y/o subcontratista que, dependiendo del tipo de obra o faena, puede haber normativas específicas que deban cumplirse, como aquellas relacionadas con construcción, medio ambiente, entre otras.
Como este tipo de labor es de carácter momentáneo o temporal, no se aplicaría el contrato indefinido ya que la obra o faena es de tiempo limitado; pero, nada impide que las empresas contratistas y/o subcontratistas puedan considerar a estos mismos trabajadores para sus proyectos futuros.
Una entidad que fideliza a sus trabajadores y los pone en primer lugar se considera social y empresarialmente exitosa; porque eso proyecta productividad, compromiso y buen ambiente laboral.
¿Cómo se logra esa fidelización?
- Manteniendo canales de comunicación abiertos para que los trabajadores se sientan escuchados y comprendidos; como, por ejemplo, informar regularmente sobre el progreso del proyecto o, si éste va a sufrir algún cambio. También, comunicar las expectativas que se tiene sobre el desempeño de los colaboradores.
- Reconocer y celebrar los logros tanto individuales como grupales, estableciendo programas de recompensas que incentiven el buen desempeño de los trabajadores.
- Ofrecer oportunidades de capacitación y desarrollo para que los trabajadores mejoren sus habilidades y avancen en sus carreras.
- Priorizar la seguridad en el lugar de trabajo; proporcionando condiciones laborales que promuevan la salud y el bienestar.
- Realizar encuestas y evaluaciones periódicas para obtener una retroalimentación por parte de los trabajadores, lo que ayuda a ajustar las políticas y prácticas según las necesidades y sugerencias de los empleados.
Como cada entorno laboral es único, es importante que las estrategias sugeridas sean adaptadas a las necesidades y características específicas de cada obra o faena, pero, en definitiva, aplicarlas cuando sea posible. Eso ayudaría a tener un buen desempeño por parte de los trabajadores y la empresa tendría una mayor seguridad y confianza de que sus proyectos se desarrollaran de una manera eficaz y segura .